En la placa dental pueden encontrarse hasta 30 especies diferentes de bacterias G+ y G-, siendo las Porphyromonas la familia más frecuente y que se encuentra implicada en el desarrollo y la progresión de la mayoría de casos de enfermedad periodontal.

Las Porphyromonas son un colonizador secundario del surco gingival. Su capacidad proteolítica, unida a la alteración en la respuesta inmune local del hospedador y la reacción inflamatoria que provoca en el surco gingival, hacen que el proceso de destrucción del periodonto se vuelva crónico.

En el estudio publicado en The Brazilian Journal of Microbiology (2007), Detection of putative periodontal pathogens in subgingival specimens of dogs , se analizaron por PCR muestras de tejido gingival obtenidas de 40 perros (25 con enfermedad periodontal y 15 sin signos de enfermedad), obteniendo los siguientes resultados en las muestras con enfermedad periodontal:

• 64 % Porphyromonas gingivalis
• 36 % Campylobacter rectus
• 24 % Actinobacillus actinomycetemcomitans
• 20 % Prevotella intermedia
• 20 % Tannerella forsythensis
• 16 % Fusobacterium nucleatum

Siendo la prevalencia de Porphyromonas gingivalis en las muestras de los animales sin enfermedad periodontal de únicamente un 6.66%.

En definitiva, la placa no es más que un biofilm que comprende una gran cantidad de bacterias encajadas en el seno de una matriz que les hace ser mucho más resistentes a la acción de antibióticos y antisépticos.

Las propiedades antibacterianas de la saliva son un factor importante del sistema de defensa bucal. Este efecto protector se puede mejorar aún más cuando se utilizan habitualmente geles dentífricos con enzimas y otros ingredientes activos que intensifican la protección natural de la saliva.